domingo, 6 de noviembre de 2011

De la limosna a los derechos, tu escoges. Está en tu mano, porque SOMOS MÁS!

Leo en O Militante un artículo titulado “O Estado assistencialista ou a esmola como política oficial” (El Estado asistencialista o la limosna como política oficial) de José Augusto Esteves. Y curiosamente, mientras tanto oigo en la radio un spot de la campaña electoral del PP en el que se propugna para Catalunya que la política cultural sea financiada por patrocinadores privados. La coincidencia me produce escalofríos, no sólo por el progresivo abandono de las funciones del Estado tanto en temas sociales como en los culturales que significan la configuración en alzado, creación, valores, solidez, identidad y libertad de un colectivo, sino porque cuando miro a Grecia y a Portugal me siento visitada por los fantasmas de las navidades futuras en el probable caso de que el próximo 20-N sea el PP quien arrase en las urnas. Y opino entonces que hay demasiada gente quieta, callada, que no se deja ver, que no está defendiéndose de la realidad que nos amenaza (con o sin campañas electorales, todo hay que decirlo), ni ocupando las calles y las plazas… Y que incluso los partidos que se reclaman de la izquierda se pronuncian de manera demasiado plana. Porque no se trata solamente de no callar. Se trata de denunciar, con todas las alarmas en funcionamiento, de que los programas liberales que amenazan con ganar las elecciones también en España, suponen la conversión de los derechos sociales (y de la cultura en Catalunya) en beneficencia pública y privada. Y esta apuesta por la humanidad, la rebeldía y los hombres y mujeres en pie (dempeus) no caduca el 20-N, ni mucho menos.

Tomo de Esteves la afirmación de que “el Estado como garante y protector de los derechos sociales universales - como expresión institucional de los logros más importantes de la lucha del movimiento obrero y reflejo en la historia de una sociedad alternativa al capitalismo – ha sido sometido durante mucho tiempo al fuego cerrado de los que aspiran a volver a un pasado de explotación laboral sin límites y sin restricciones. Esta ofensiva, provocada por los grandes centros del capitalismo internacional, se articula con el proceso de contra-revolución que están llevando a cabo las fuerzas de la troika unidas en el pacto de la agresión e intervención del FMI y la Unión Europea.” En Portugal el programa de Passos Coelho (el Mariano Rajoy luso) está vendiendo los servicios públicos y promueve su creciente comercialización con soluciones de colaboración público-privada (¿les suena?) mientras limita el acceso a los derechos y beneficios sociales con una regulación restrictiva orientada hacia el desmantelamiento de un Estado con responsabilidades que están recogidas no sólo en los Derechos Humanos, sino en la Constitución. Y eso mismo está pasando ya en España, incluso se votó hace pocos días en el Parlamento como reforma constitucional “obligada” por “los mercados” ¿verdad que sí les suena?

Pero veamos que más puede seguir… Por ejemplo, en Portugal, una parte significativa de la población ocupada, con bajos ingresos, comenzó a ser excluida de servicios como el subsidio familiar, la ayuda escolar, el complemento social de las personas mayores, del subsidio de desempleo, las rentas de integración social, el reembolso de medicamentos, el transporte no urgente de pacientes, los descuentos en transportes de personas mayores, etc…

Por lo que a la evolución del sector de la salud portugués se refiere, con el creciente papel desempeñado por las grandes empresas y otros intereses privados entre los que se incluye la gestión de las unidades del Servicio Nacional de Salud, la enfermedad se está convirtiendo en un negocio altamente rentable ya que el acceso universal deja paso a seguros contratados con mútuas (¿les sigue sonando la musiquita?) con un progresivo vaciamiento de las responsabilidades del Estado en el sector sanitario. En el caso de Portugal, para las personas que carecen de medios, se ha puesto en marcha un programa que pervierte el concepto de política social en caridad: se trata del Programa de Emergencia, que muestra con transparencia cristalina las concepciones ideológicas de sus promotores en relación a la pobreza. Su visión nos recuerda no sólo la cruda realidad del fascismo, pero que nos devuelve a los crudos tiempos de la revolución industrial en Inglaterra, replicando las respuestas e ideas de las clases dominantes sobre las las condiciones de pobreza dramática de las clases trabajadoras con las famosas Leyes de Pobres, sus medidas de castigo y la aplicación de la norma de asistencia por el trabajo como condición para tener derecho a la ayuda de la parroquia.

También se oyen amenazas de este estilo en la campaña electoral que vivimos en España. Se coquetea torpemente con la idea de condicionar la prestación por desempleo a una especie de prestación de trabajo gratuita… sin ni siquiera cuestionar el origen del derecho al subsidio de desempleo se encuentra en un sistema en el que los beneficiarios son solidariamente responsables con sus propias contribuciones y lo garantizan, o, dicho de otra manera, se trata de un derecho financiado por los que trabajaron e hicieron deducciones de seguridad social… y no es un regalo de nadie, y menos de las alas más ultraliberales de los populares europeos en versión portuguesa o española… o inglesa, porque también David Cameron está hablando en Inglaterra de la “Big Society”, una operación de engaño que también aspira a más voluntariado, más caridad y menos Estado, liberando con ello de responsabilidad al Estado en el desempeño de las funciones sociales y transformando, también en Gran Bretaña, los derechos sociales en limosna.

Si este asalto al progreso humano y a la democracia, si este retroceso de siglos en los avances de civilización se avalan en las urnas el 20-N ¿nos estamos dando cuenta de verdad de qué vida nos espera, de cómo no sólo estamos sacrificando nuestra dignidad sino nuestra inteligencia, de que estamos minando cualquier perspectiva de futuro para nosotros mismos y quienes están por venir si no nos rebelamos… si no nos damos cuenta de que SOMOS MÁS?
 
Angels M. Castell
Punts de Vista

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