Más de un mes después de iniciadas las movilizaciones contra la privatización sanitaria en Madrid conviene hacer algunas reflexiones sobre el significado del conflicto, sus resultados y sus posibles salidas.
- Un conflicto de una amplitud inesperada
El conflicto sanitario esta teniendo
una repercusión muy por encima de las mas optimistas esperanzas de quienes lo
iniciaron. A una huelga sanitaria de amplitud variable se ha unido una
movilización de los profesionales sanitarios expresada en acciones de muy
variada intensidad (encierros, manifestaciones, concentraciones, vigilias, etc)
y un apoyo muy sustancial de la ciudadanía sin el cual el conflicto no habría
podido mantenerse tanto tiempo en cantidad y en calidad. Lo mas importante es
que se ha ganado la hegemonía ante la opinión pública y que hoy prácticamente
nadie se atreve a discutir, salvo algún que otro escritor a sueldo, los efectos
negativos de las propuestas privatizadoras del gobierno del PP madrileño.
- Una privatización de largo recorrido
La privatización sanitaria no ha
comenzado ahora en Madrid, sino que es una política que viene avanzando desde
que el gobierno de la
Comunidad asumió las transferencias sanitarias, mediante una
multitud de formulas diversas (planes para las listas de espera quirúrgicas,
hospitales PFI, concesiones administrativas, etc) ¿Qué ha cambiado?.
Básicamente 3 cuestiones: un proceso que se había llevado de manera paulatina
con pasos pequeños, sufre un acelerón y se plantea un órdago que cambia
sustancialmente la situación; la segunda es que afecta por primera vez de
manera directa al personal sanitario de los centros que va a sufrir despidos y
recortes de plantilla muy importantes, e incluso como en el caso de La Princesa, va a ver
cercenado de manera definitiva su futuro desarrollo profesional; y por fin
porque ataca a la
Atención Primaria hasta ahora dejada de lado en los planes
privatizadores del PP madrileño. Por supuesto a ello hay que unir los recortes
económicos, los recortes de plantillas, los recortes presupuestarios, etc. El
Plan de Lasquetty ha sido la gota que colmaba un vaso ya de por si a punto de
rebosar.
- La necesidad de unas movilizaciones sostenibles
Mantener una movilización durante
tanto tiempo es muy complicado, aunque es obvio que los planteamientos de la
huelga indefinida son los que realmente se hacen más difíciles de seguir de un
modo generalizado. Hay que ser conscientes de que existen grupos muy numerosos
con importantes problemas económicos que no pueden asumir los descuentos y
otros que al no tener mínimos se encuentran en una situación crítica (MIR,
pediatras de AP, etc), por ello es preciso tener una actitud flexible e
inclusiva que permita a todo el mundo seguir el conflicto en la medida de su
compromiso y/o posibilidades. Habrá personas que solo participaran en los
encierros, concentraciones o manifestaciones, e incluso solo en acciones
ocasionales, quienes harán las huelgas con calendario planteadas por la mesa
sectorial, y quienes estén dispuestas a seguir la huelga indefinida, hay que
generar un marco de comprensión que permita a cada uno colaborar de acuerdo con
sus posibilidades y disponibilidad, evitando enfrentamientos que solo pueden
dividir. Por otro lado hay que ser conscientes de que la prolongación del
conflicto puede deteriorar el apoyo popular que hasta ahora tiene. Quedan todavía
casi 20 días antes de la aprobación de
la ley de acompañamiento y hay que ser capaces de mantener la movilización
hasta el final, estamos ante una carrera de fondo y hay que asegurarse de que
llegaremos a la meta con una capacidad significativa de intervención.
- La ciudadanía es la propietaria de la Sanidad Pública
La Sanidad Pública conviene recordarlo es propiedad
del conjunto de la ciudadanía, no de los profesionales sanitarios, ni de los
médicos, ni de los políticos de turno. Pertenece del conjunto de la población
que es quien la ha hecho posible y la mantiene con sus impuestos. Los
profesionales de la salud deben de ser consultados para encontrar soluciones
ante los problemas, y también el conjunto de la población y de las entidades
sociales que les representan. La población madrileña con su masiva y generosa
participación en el conflicto parece haberlo entendido, su posición debe de ser
tenida en cuenta a la hora de buscar soluciones y alternativas. Por supuesto
los profesionales de la salud deben tener un papel de asesoramiento técnico de
los proyectos y propuestas que se hagan sobre el sistema sanitario, y tampoco
conviene olvidar que la
Comunidad de Madrid ha eliminado todos los organismos de
participación social y profesional existentes. Desde la ADSPM venimos reclamando
hace años que deben ser, los profesionales de la salud, los ciudadanos y los
responsables de la Administración
Sanitaria, los encargados de gestionar conjuntamente el
sistema sanitario público y que es esta conjunción de planteamientos la única
capaz de garantizar el carácter de servicio público de calidad que debe tener
el Sistema Nacional de Salud.
- La difícil unidad de acción
El conflicto se ha desarrollado con
una multiplicidad de agentes que han ido tomando iniciativas de índole diverso,
y a veces contradictorias. Hasta ahora las cosas han ido funcionando de una
manera más o menos razonable, porque este espíritu guerrillero ha sabido
encontrar huecos de colaboración en la práctica. No es fácil conseguir que no
se produzcan choques de protagonismo, pero es fundamental hacerlo para que no
se fracturen las movilizaciones, lo ideal sería que todos los agentes presentes
en el conflicto consiguieran articular una plataforma unitaria, que no puede
marginar a nadie pero, por lo que se ve, va a ser complicado el lograrlo,
porque hay demasiados intereses en juego.
En resumen, estamos ante un conflicto
inesperado de amplia repercusión que ha logrado una gran movilización social y
profesional contra la privatización. Para mantenerlo hay que hacer que la
movilización sea sostenible en el tiempo, y conviene plantearse lo que sucederá
a partir de enero porque, suceda lo que suceda, no va a acabar aquí la
estrategia privatizadora del PP sino que muy probablemente se mantendrá en el
medio y largo plazo. Creemos que es
importante continuar con las movilizaciones de profesionales y ciudadanos
contra esta política suicida de privatización y desmantelamiento de la Sanidad Pública, y que eso
solo podrá lograrse con la actuación unitaria y coordinada de todos los
sectores y organizaciones presentes en el conflicto.
Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de
Madrid
12 de diciembre de
2012
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