Los
españoles llevan cofinanciado la sanidad desde mucho antes de que se implantara
el Sistema Nacional de Salud e incluso antes de la creación del INSALUD (1978).
En términos de economía de la salud, llevamos sufriendo tres formas de copago:
la económica, la no prestación de ciertos servicios sanitarios y la de las
listas de espera.
La primera es por todos conocida, el 40% del valor del
medicamento en las recetas de activos de la Seguridad Social
(y del 30% en activos y pensionistas de MUFACE); en la segunda destacan, por
poner algunos ejemplos, la ausencia de una atención odontológica pública de
calidad o las lentes para los problemas de agudeza visual y, la tercera, es una
interpretación de la “teoría de colas”, el tiempo que un paciente permanece en
espera para recibir una asistencia sanitaria tiene una traducción económica en
términos de disminución de su producción o consumo. Un claro ejemplo de esto, es
el paciente en Incapacidad Laboral que espera una prueba diagnóstica o una
intervención quirúrgica. Permanecer en una lista de espera traduce una
inversión insuficiente en recursos
humanos o infraestructura o, también puede ser, una mala gestión.
Pero,
volviendo al Copago económico, como bien dice Juan Simó en su blog,
“la parte sufragada directamente por el usuario ("porcentaje efectivo" de copago) fue
de 790,90 millones, lo que significó un porcentaje de aportación sobre el
total en PVP del 5,69%” [2010] que es muy inferior a la media de copago
europea.
El
problema está en los escenarios en los que nos movemos para estar de acuerdo o
no con la medida. Si el Re-copago (aumento de la cofinanciación) fuera una
medida excepcional y se hubiera tomado
para mantener las prestaciones de nuestra sanidad pública una vez que se
hubieran aplicado todas las medidas correctoras de las bolsas de ineficiencia
actuales, tendría mucha mayor aceptación entre la población. Pero se está
tomando en una realidad bien distinta, en una crisis económica de la que no son
responsables los servicios públicos, con un sistema sanitario de los más
eficientes en términos económicos (7 % PIB), un re-copago unido a toda una
batería de recortes sanitarios en prestaciones a los ciudadanos y sin presentar
una sola medida que afecte a los beneficios empresariales del denominado
mercado de la salud, esto es, industria farmacéutica, industria de tecnología
sanitaria y sanidad privada.
¿Cuales
sería serían esas medidas que cabría esperar y que no se adoptan?, Pues un
profunda reforma de la política del medicamento, dejando de financiar a
aquellos que no aportan mejoras en la salud de los ciudadanos y son mucho más
caros o la creación de una agencia estatal que aunara esfuerzos de agencias de
evaluación farmacoterapética como Bulletí groc,
BIT Navarra y otras más repartidas por las diferentes Comunidades Autónomas y que tuviera
decisión previa a la comercialización de los nuevos medicamentos, algo parecido
a NICE.
También seguimos esperado medidas de control de los conciertos con la sanidad pública,
limitando su presencia exclusivamente en aquellos casos en los que, una vez
optimizados los recursos de la sanidad pública, las listas de espera fueran
excesivas.
Pero
si no se aplican estas medidas antes de implantar un Re-copago, cabe
preguntarse a dónde va a ir a parar el dinero recaudado por el mismo.
Tal
vez con estos dos silogismos se explique la ruta que va a seguir el dinero que
se obtenga del Re-copago
A)
-
Gasto Sanitario Público = Presupuesto dedicado a sanidad + Déficit obtenido,
-
Déficit = Infrafinanciación (Presupuesto + Copago) + Ineficiencia en la gestión
Luego, el Re-Copago puede disminuir la infrafinanciación
sin modificar la ineficiencia.
¿Dónde
están las grandes bolsas de ineficiencia? En el Gasto Farmacéutico
injustificado (sobre todo hospitalario), en la compra de Alta Tecnología sanitaria
sin criterio racional y en el Gasto en Conciertos con la sanidad privada sin
optimizar los recursos propios.
B)
-
Ineficiencia en la gestión = beneficios empresariales privados con ánimo de
lucro
-
Re-Copago no mejora la ineficiencia
José Martínez López
Apuntes para la reflexión sanitaria
http://reflexionsanitaria.blogspot.com.es/2012/04/quienes-se-benefician-del-re-copago.html
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