En
la entrada anterior[1]
expuse la situación de la formación médica especializada en España comparándola
con la del resto de países europeos concluyendo que el sistema de formación MIR
(Médico Interno Residente) es de los mejores posibles porque produce unos
especialistas bien formados y con un prestigio reconocido a nivel
internacional.
Pero
¿cuánto cuesta al sistema nacional de salud formar a sus propios especialistas?
Pues
según recoge la Estadística
del Gasto Sanitario Público del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad[2],
en 2010 se dedicaron 979.717.000 euros,
de los que 965.383.000 euros se gastaron en remuneraciones del personal
y 14.333.000 euros en consumo intermedio. Ese dinero se gastó en formar a algo
más de 26.736 residentes en formación médica especializada y los cerca de 1.500
residentes en Farmacia, Psicología, Física, Química, Biología y Bioquímica[*].
Este
gasto incluye el pago de nóminas a residentes y el gasto de los cursos formativos,
ayudas a congresos y resto de actividades formativas. Lo que no incluye es el
pago a tutores porque, hoy por hoy, tutorizar a un residente es un acto
voluntario no remunerado.
Un Residente firma un contrato en formación con el Servicio Sanitario Público en el que
va a hacer la especialidad en el que se incluye una actividad dual, tanto
formativa como asistencial. Esta peculiaridad formativo-asistencial es la
esencia del método docente porque permite una formación específica en el puesto de trabajo de manera que el residente
va adquiriendo conocimientos y habilidades obtenidos no solo de su
autoprendizaje, sino enriquecidos por la transmisión de conocimientos
tutor-residente y por la experiencia directa con los pacientes. De esta manera
se consigue un profesional que se va capacitando gradualmente para desarrollar mayores
responsabilidades asistenciales conforme progresa en su formación,
estableciéndose una relación inversa entre la supervisión del tutor y la
experiencia demostrada. Así, un MIR de último año (4º ó 5º según especialidad)
está ya en condiciones para ofrecer una atención de calidad a los usuarios del
sistema sanitario.
No
obstante, esta misma actividad dual tiene dos vertientes que es necesario
esclarecer. Desde el punto de vista formativo, es evidente que el residente se
forma mejor conforme atiende a más y más pacientes, la resolución de las
casuísticas individuales que se presentan con cada paciente son las que
conforman la madurez y el grado de experiencia de un profesional, por lo tanto,
cuanto mayor sea su actividad asistencial, mejor formación.
Pero,
por otro lado, la actividad asistencial que prestan (recuerdo que más autónoma
conforme progresa en su formación) también tiene en sí misma un valor económico
que se puede medir, ya que actúa como personal sanitario del servicio sanitario
público y, por ende, cubre una cuota asistencial en recursos humanos que, de no
existir el MIR, produciría un coste derivado de la necesidad de contratación de
especialistas para llevar a cabo la asistencia sanitaria de cada servicio
hospitalario. Esto puede interpretarse como lo que cada residente paga por su
formación.
Aunque
hay una gran variabilidad entre las diferentes Comunidades Autónomas del
Estado, voy a hacer un análisis de lo que sucede en la Región de Murcia. Para
ello, voy a utilizar los datos de las Puertas de Urgencias hospitalarias.
La
frecuentación declarada a urgencias por 1.000 habitantes/año en Murcia (593,09)
se aproxima bastante a la media de España (547,39)[3]
y es un dato indicador de la gran presión asistencial que se produce en estos
servicios y que, mientras que nuestros políticos y gestores no sean capaces de
organizar con sentido común y eficiencia la asistencia de urgencia en nuestro
país, no queda más remedio que adecuar las plantillas de profesionales
sanitarios que han de atenderlas a las necesidades de la demanda.
El
personal médico dedicado específicamente a esta atención lo forman los adjuntos
de puerta (médicos especialistas) y, generalmente, los residentes de tres
especialidades médicas: medicina de familia (más del 90%), medicina del trabajo
y salud pública. Aunque esto es normal habitual, la relación adjunto/residente
varía mucho de un hospital a otro. Hay hospitales con relación 1:1 (H. Reina
Sofía) a otros con relación 1:3 (H. Morales Meseguer) o incluso peor (urgencias
de pediatría del H. Virgen de la
Arrixaca). Incluso dentro de esa relación, la proporción de
residentes en los últimos años frente a residentes en los primeros años,
también varía entre los hospitales[†].
Esto es responsabilidad del jefe de servicio y no parece que haya una normativa
regional ni una supervisión directa por parte de las unidades docentes.
En
función de todo ello, cuando un usuario solicita atención en una puerta de
urgencias hospitalaria recibe una primera valoración rápida de su problema (triaje)
por un adjunto o por un residente experimentado. En caso necesario, pasa a
consulta (boxes) o, si presenta mayor gravedad, pasa a camas. En los boxes
suele ser atendido por residentes de los primeros años (más o menos tutorizados
según hospital y calidad docente de los adjuntos) y en caso de ingreso en camas
su atención es efectuada por residentes experimentados o por adjuntos.
Aquellos
pacientes cuya complejidad patológica lo aconseje, son a su vez atendidos por
el resto de las especialidades médicas del hospital (medicina interna,
cardiología, traumatología, etc.) manteniendo el mismo procedimiento de
adjunto-residente. Sea como sea, lo cierto es que son pocos los casos en los
que los pacientes no sean atendidos por médicos residentes y esto demuestra el
gran peso específico que tienen los MIR en la prestación de la asistencia
sanitaria de urgencias.
Una
vez explicado el sistema hospitalario de atención de urgencias puedo ya
argumentar el beneficio económico que el residente aporta al servicio murciano
de salud
Tanto
el salario mensual de un residente como la retribución de una guardia
asistencial son significativamente menores que los de un adjunto. Para la
obtención de estos datos he utilizado el Boletín Oficial de la Región de Murcia de 28 de
febrero de 2012 sobre retribuciones del personal estatuario del Servicio
Murciano de Salud para el año 2012[4].
En ella he ajustado los salarios medios brutos anuales de los médicos adjuntos
especialistas hospitalarios (Incluye salario base + complementos de destino,
específico y productividad fija+ pagas extra) y el pago por guardia en las
modalidades de 17 y 24 horas de duración diferenciando entre días laborales y no laborales y los he
comparado con el salario de un residente y lo que cobra por guardia en las
cuatro modalidades mencionadas. Aunque la eliminación de la paga extra de
navidad, fue una medida posterior, en términos de porcentaje de salario
adjunto-residente, tiene muy poca significación estadística. También he de destacar,
que en los datos de los adjuntos, no se incluyen otros complementos como la
antigüedad en la empresa (trienios). Así he elaborado la tabla que viene a
continuación que expresa el porcentaje que cobra el residente en relación con
lo que cobra el adjunto:
Diferencias en porcentaje (%)
|
|||||
Salario
|
Guardia 17 horas
|
Guardia 24 h
|
|||
Laborales(1)
|
No laborales(2)
|
Laborales(1)
|
No laborales(2)
|
||
R-1
|
33,13
|
41,53
|
40,72
|
41,53
|
40,72
|
R-2
|
33,68
|
49,12
|
50,90
|
49,12
|
50,90
|
R-3
|
36,80
|
55,58
|
56,68
|
55,58
|
56,68
|
R-4
|
39,91
|
62,98
|
66,66
|
62,98
|
66,66
|
R-5
|
43,03
|
62,98
|
66,66
|
62,98
|
66,66
|
(1) Laborales: de lunes a viernes
|
|||||
(2) No laborales: sábados, domingos y festivos
|
Con
estos datos, se puede afirmar que los MIR están contribuyendo significativamente
a la sostenibilidad del sistema sanitario ya que, con ellos, el sistema se
ahorra, en promedio, más del 60% en salarios y del 45% en pago de guardias
hospitalarias. Y, dicho de otro modo, el residente paga por su formación más de
lo que gana en salario.
En
resumen, el sistema de formación MIR le
es muy rentable al sistema sanitario público por:
- No paga a quienes enseñan
- Obtiene más beneficios económicos que gastos de quienes forma
- Forma buenos profesionales que garantizan el futuro del mismo
Mientras
que he estado elaborando esta entrada, no he dejado de preguntarme el por qué
dedico parte de mi tiempo libre a analizar estos datos. ¿Qué nos está pasando a
los sanitarios para que nos sintamos obligados a defender con argumentos
incluso los aspectos más obvios que identifican al sistema sanitario público?
¿Acaso no son evidentes las bondades de la formación MIR que ya la quisieran
para sí otros muchos países con economías más saneadas que la nuestra? ¿Por qué
tanta incertidumbre y desconfianza en el futuro de la sanidad pública
española?...
La
verdad es que apenas hace 5 años nadie podría creerse que nos íbamos a
encontrar en la situación actual, con un sistema nacional de salud cuestionado
por su eficacia cuando es uno de los más eficaces del mundo, con un dramático
cambio en la cobertura universal que ha pasado de ciudadano a asegurado de la Seguridad Social,
con una prohibición expresa en la atención a las personas (inmigrantes no
regularizados), con un recorte en los salarios de sus trabajadores cuando somos
de los peores pagados de Europa, con un cierre de servicios de alto impacto
social porque alguien los marca como de baja rentabilidad económica, …
¿Por
qué estamos tan nerviosos los sanitarios? porque estamos empezando a comprender
que nos gobiernan unos incompetentes, altamente ineficaces y sin catadura moral
alguna en lo que se refiere a los valores de lo público.
Y, si no, lean la siguiente entrada →
[2] Serie
2002-2010 Gasto Sanitario Público Según Criterio de Devengo. Gasto Real http://www.msc.es/estadEstudios/estadisticas/inforRecopilaciones/gastoSanitario2005/home.htm
[3]
Indicadores clave del SNS versión 2011. MSSSI