jueves, 22 de septiembre de 2011

La deuda asfixia a la educación europea

El acoso de los mercados y las crisis de la deuda han servido de pretexto para que numerosos Gobiernos europeos hayan decidido recortar la inversión en educación.


Las imposiciones de ajuste del déficit por parte del Banco Central Europeo se han cebado en los denominados por la prensa económica anglosajona PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España). Estos mandatos se han traducido en estos países, entre otras medidas, en dramáticas limitaciones de los presupuestos dedicados a la enseñanza.

Es la contradicción en la práctica con aquella idea de una economía europea basada en el conocimiento que entronizó el Tratado de Lisboa como factor diferencial para competir en el mercado mundial. Así, esta vez, no es sólo la educación superior la damnificada, como sucedió en las anteriores reformas.

Si en los últimos años se había acelerado el proceso de reconversión de los centros de educación superior en universidades-empresa, ahora se ha recortado la financiación en otros tramos de la educación. Las diferentes medidas han supuesto agresiones a la formación básica que van desde la disminución de docentes hasta la introducción, en Italia, de anuncios publicitarios en las aulas.

La tendencia a recortar en educación no es nueva, aunque se ha agudizado con la coyuntura actual. Tampoco es exclusiva de los denominados PIIGS, Lituania recortó en un 48% su presupuesto universitario en 2009 y otro 18% en 2010. Estonia, Irlanda, Croacia, la República Checa, Macedonia, Polonia, Serbia y Rumanía están haciendo ajustes severos de entre un 5% y un 10% en su inversión educativa, tal y como señala el informe publicado a principios de año por la Asociación de Universidades Europea (EUA).

Mientras que el Banco Central Europeo (BCE) imponía la austeridad, Androulla Vassiliou, comisaria de Educación de la UE, alertara en febrero de los peligros de recortar la inversión educativa. Estas advertencias, contradictorias con los imperativos del BCE de reducir la inversión social del Estado, no han impedido que en este 2011 se hagan recortes de 700 millones en la enseñanza secundaria italiana o casi 200 millones en la escuela portuguesa.

Italia e Irlanda, los pioneros
El caso de Italia es paradigmático por la rapidez con la que se ha producido el ajuste, y porque la enseñanza italiana ya había sufrido dos grandes recortes en los años anteriores. La primera Ley Gelmini , conocida así por ser impulsada por la ministra de Educación Maria Estella Gelmini, en 2008, supuso un recorte en los presupuestos educativos de 8.000 millones de euros y unos 130.000 despidos entre docentes y funcionarios universitarios. La segunda reforma Gelmini, aprobada en el otoño de 2010 , puso el acento del recorte en las becas a estudiantes y en profesores investigadores. Además, también supuso la introducción de un 40% de miembros de empresas privadas en el Consejo de Administración (máximo órgano de la universidad).

La dotación pública para la financiación de las becas disminuyó de 246 millones de euros a 25,7 millones, lo que supuso que el 80% de los estudiantes que tenían derecho a beca se quedará sin ella. Esta asignación en 2012 se rebajará hasta los 13 millones y las tasas en cinco años subirán más del 38%. La reforma rebaja en más del 20% los fondos destinados a la investigación académica en Italia. Afecta a los que llevan gran peso de la docencia, los investigadores: quienes después de seis años no hayan logrado un contrato abandonarán la universidad. Se va a reducir el número de profesores con el llamado turn over (de cada cinco personas que se jubilan, sólo se oferta una plaza).

En la enseñanza primaria, el esperpento llegó del consejo provincial de Barletyta, Andria y Trani (sur de Italia) que decidió abrir el melón de la financiación privada ofreciendo poner anuncios publicitarios en las aulas de las escuelas. Las empresas que paguen 69,80 euros más IVA pueden comprar una placa que se pondrá en bancos y sillas de los institutos.

Irlanda, otrora presentada como modelo, ha sido otra economía intervenida a instancias de la UE y el FMI. Nuevamente, los ajustes se han realizado sobre el sector público, incluyendo la educación. Así, entre otras medidas, el Gobierno irlandés recortó un 9,4% su presupuesto destinado a educación. Al mismo tiempo, las tasas universitarias se han llegado a multiplicar por cuatro, pasando de estar en una media de 500 euros anuales a rondar los 2.000.

Los ajustes de Grecia y Portugal
Grecia y Portugal, pioneros en el formato de rescates económicos auspiciados por la UE bajo control alemán, son buen ejemplo de cómo la inyección de liquidez en estas economías se hace a cambio de auténticos planes de choque sobre sus servicios públicos. A través de la coartada de la necesidad de controlar la deuda y el déficit público, la UE ha comprometido las “ayudas” a ambas economías a cambio de draconianos recortes en sus sistemas educativos.

En el caso de Portugal, la reducción de la inversión pública en educación se ha cifrado en 195 millones de euros, lo que ya significa una reducción del 8,5% del presupuesto estatal dedicado a educación. De éstos, 95 millones serán detraídos de los fondos destinados a la educación superior, lo que supone un 12,4% menos del presupuesto del año anterior.

Por otro lado, los recortes también están afectando a la contratación de personal. En el caso portugués, 37.000 profesores interinos quedarán fuera de sus plazas. De la misma manera, los recortes también van a afectar a las ayudas directas al alumnado en forma de reducción del programa de bolsas de estudio. Durante este curso, esta partida será recibida por 64.000 alumnos (12.000 menos que el curso anterior) y han sido rechazadas el 37,5% de las solicitudes (alrededor de 30.000).

En Grecia, sometida ya a un doble plan de rescate, el Gobierno del PASOK ha presentado a finales de julio un proyecto de reforma educativa en el marco del plan de austeridad más general destinado a cumplir con las obligaciones financieras impuestas por BCE, FMI y Comisión Europea. Este proyecto afecta a diferentes cuestiones del sistema educativo, especialmente del ámbito universitario. En su mayoría van dirigidas a tratar de “racionalizar” la estructura administrativa y de Gobierno de las universidades griegas (muy en línea con los planteamientos ministeriales en el Estado español recogidos en la Estrategia Universidad 2015).

Estas propuestas ya han sido criticadas por la Campaña Universidad Pública, que las considera destinadas a reemplazar los órganos académicos por “consejos de administración”. Pero el proyecto también viene a consolidar los recortes en los presupuestos para la universidad, que en 2010 descendieron en un 30% y en 2011 lo han hecho en otro 30%. Los recortes, además, afectarán de manera aguda al profesorado. Así, según denuncia también la Campaña Universidad Pública, “los nuevos nombramientos de personal docente seguirán a una ratio de uno por cada diez jubilaciones”. En cuanto a la financiación, el proyecto vuelve a introducir una cuestión central en la universidad griega, caballo de Troya en el pasado para el movimiento estudiantil: la financiación.

Así, el proyecto del Gobierno prevé introducir fórmulas de financiación privada y garantizar las matrículas gratis sólo los tres primeros años de universidad, abriendo las tasas a partir de ese año. Por último, la enseñanza obligatoria también se verá afectada por el tijeretazo. La reestructuración del sistema va a conducir a la fusión entre sí de casi 2.000 escuelas, lo que llevará al cierre de casi mil de ellas. Y, a su vez, se calcula que entre 3.500 y 4.000 profesores perderán su trabajo de forma directa por esta medida.

Los recortes en educación se propagan por los países europeos

Inglaterra sube sus tasas de forma espectacular
Hasta 9.000 libras (unos 10.500 euros) pueden llegar a pagar los estudiantes ingleses por un año de matrícula en las universidades públicas. La cuantía total de los recortes asciende a la espectacular cifra de 93.000 millones de euros. Miles de estudiantes tomaron al asalto la sede del partido conservador en la oleada de protestas por la reforma.

Letonia sufre el más draconiano de los recortes
En el 2009, las universidades públicas letonas tuvieron que hacer frente a una reducción del 48% de su presupuesto, a la que siguió, en 2010, otra reducción del 18%. Los profesores han visto reducidos los salarios, se han congelado las contrataciones y se han reducido las becas y servicios para estudiantes, también en los programas deportivos.

Estonia y Lituania se suben a la ola de tijeretazos
Los países bálticos han recibido recomendaciones de los organismos económicos internacionales para que disminuyan su inversión en educación. En Estonia la inversión cayó un 10% en 2010, continuación del 7% que ya había disminuido en 2009. En Lituania encadenan dos años consecutivos recortando el 8% de su presupuesto educativo.

Rumanía, Hungría y Bulgaria también recortan
En Rumanía, el recorte asciende a un 10% y se ha cebado principalmente con el salario de los profesores, que pasarán a cobrar 230 euros mensuales en lugar de 360. En Bulgaria, las tasas para los estudiantes universitarios han aumentado un 20%. En Hungría, se ha recortado la inversión prevista para las universidades en un 15%.

Los recortes balcánicos y la República Checa
La República Checa ha recortado un 5% de su presupuesto en 2011, pero en 2010 fue un 10%, esto se ha traducido en sueldos más bajos para los profesores y menos alumnos en las universidades. En los países balcánicos, los menos afectados, los porcentajes de ahorro oscilan en torno al 5%.

Joseba Fernández y Tomás Muñoz
Diagonal

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