Los argumentos más habituales para justificar los recortes en la
sanidad pública son su poca eficiencia y su alto coste comparado con la
sanidad privada. Esto es lo que ha calado en ciertos sectores de la
sociedad y que no es difícil oír en boca de ciudadanos de a pie. Vamos a
ver cómo estos argumentos son rotundamente falsos con unos pocos
argumentos objetivos.
Acabo de encontrar esta página donde se pueden ver unos datos muy interesantes*. Por ejemplo, se puede ver el gasto en salud (en porcentaje de PIB) de todos los países del mundo
El caso de Estados Unidos es especialmente significativo. Es el
paradigma de país desarrollado con un sistema de financiación privada
único en el mundo. Más desarrollados que ellos en ese aspecto no hay
nadie. Veamos cómo les va.
Estados Unidos es el segundo país del mundo que más porcentaje del
PIB dedica a sanidad (el primero es Malta). Es lo que dice el mapa de
arriba, por eso está tan oscuro. Mientras que Estados Unidos gasta el
16% de su PIB, España gasta el 9,7%. Eso quiere decir simplemente que
del dinero total del país, los ciudadanos gastan un 60% más en el
cuidado de su salud. Este modelo de sanidad privada es claramente
ineficiente porque no usa los mínimos recursos para conseguir sus
objetivos.
Uno puede pensar que sí, que se gastan más, pero que tienen la mejor
sanidad del mundo. Veamos ahora la calidad de la sanidad de Estados
Unidos. La tasa de mortalidad infantil es un buen indicador del nivel de
salud de un país. Según los datos de la web, Estados Unidos se codea en
este ámbito con países como Hungría, Bielorrusia y Nueva Caledonia. Su
tasa es de 6 muertes por cada 1000 nacimientos normales. En España la
tasa está en 3,4, casi la mitad e inferior incluso a las de Finlandia,
Alemania, Francia y Noruega.
La imagen que tenemos de la sanidad de Estados Unidos está
extremadamente mediatizada por las informaciones puntuales que nos
llegan, las películas y las series. Sólo sabemos que el famoso de turno
se ha ido a operar de una enfermedad incurable a las américas (de lo que
no hablan es de la factura) y vemos en la tele grandes y modernísimos
hospitales y ambulancias que parecen naves espaciales. La realidad es
otra para el que no es millonario (el 99%).
Hay más datos interesantes. Estados Unidos está por debajo de España
en número de camas de hospital por habitante y en densidad de médicos
por habitante, pero está muy por encima en la tasa de mortalidad matera
(la de Estados Unidos es 4 veces más alta, un escándalo) y en obesidad
en adultos (el doble). En esperanza de vida, que es una medida general
de la calidad de vida de un país, España está en el puesto 12 del mundo,
mientras que Estados Unidos está en el 37, siguiéndole de cerca Taiwán y
Panamá.
Todo un negocio. Se gastan más para obtener menos. El negocio real no
está pensado para los ciudadanos sino para las grandes empresas
sanitarias privadas. Ellos saben que todos los ciudadanos necesitamos
servicios de salud. Todos sin excepción. Hay gente a la que no le gustan
las bebidas con gas y no las compra. Coca-Cola nunca hará negocio con
ellos por muchas campañas publicitarias estupendísimas que hagan. Pero
todos los ciudadanos, absolutamente todos, necesitamos ir al médico. Si
pudieran privatizar un bien tan fundamental como el agua que bebemos
también lo harían. ¡Ay qué tonto, que ya lo han hecho!
Ni desde el punto de vista económico ni desde el de calidad, la
sanidad privada supera a la pública. Desde el punto de vista de la
justicia social tampoco. Si en España vamos por la senda de la
privatización, la consecuencia directa es que tendremos una sanidad de
peor calidad, aumentará su gasto y podremos invertir menos en otros
sectores como la educación, los servicios sociales, la investigación,
las pensiones…
¿De verdad queremos ir por ahí? A la vista de este
análisis, la estrategia de Mas, Cospedal, Rajoy y compañía es clarísima:
hay que desviar el gasto público (que es lo que nos exigen los
“mercados”, es decir, los bancos, agencias de calificación y otros) al
sector privado. De esta forma el sector privado tendrá acceso a nuevo
dinero, fresco y fácil (no hay que olvidar que todos necesitamos
sanidad). Y señores de lo privado, les obsequiamos además con otro
regalo: la sociedad gastará más dinero con vosotros de lo que gasta
actualmente. Es cierto que la calidad empeorará, pero no os preocupéis,
nosotros ya nos hemos encargado de convencer a la sociedad de lo
contrario. Y en ello seguimos cada vez con más fuerza.
Recomiendo este vídeo de David Hall, Director de la Unidad de
Investigación Internacional de los Servicios Públicos de la Universidad
de Greenwich, sobre la inversión pública y su efecto en la sociedad y en
la economía. Él lo explica mucho mejor que nosotros:
* Quien tenga dudas del origen de los datos de la página web en
la que nos basamos, debe saber que son datos de la Central Intelligence
Agency (sí, la CIA), organismo poco sospechoso de maquillarlos en contra
de Estados Unidos. Hay otra fuente también poco sospechosa, el Banco Mundial, que coincide con las estadísticas analizadas en este artículo.
Andrés González
ATTAC Acordem
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